Las mujeres de todo el mundo llevan mucho tiempo defendiendo la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres, pero según el Foro Económico Mundial, la brecha de género ha alcanzado niveles alarmantes que han hecho que la paridad de género en los puestos más altos de toma de decisiones esté a casi 130 años de distancia. Las estadísticas indican que la presencia de mujeres en cargos políticos está aumentando marginalmente, pero sigue siendo marcadamente desproporcionada: las mujeres ocupan aproximadamente sólo el 21% de los cargos ministeriales en todo el mundo, 22 países están dirigidos por jefas de Estado y sólo tres tienen el 50% o más de su parlamento compuesto por mujeres.
A pesar de ello, destacadas mujeres líderes de diversos sectores, ya sea la política, la economía o incluso las organizaciones internacionales, siguen allanando el camino para el desarrollo liderado por mujeres, a menudo dando ejemplo e inspirando a otras mujeres a considerar una carrera en puestos de liderazgo.
ONU Mujeres es una de esas organizaciones que está liderando importantes iniciativas para impulsar la agenda de la igualdad de género. El año pasado, encabezaron su Foro de Igualdad de Generación 2021 con el objetivo de abordar las desigualdades entre hombres y mujeres, en particular las que surgieron durante la pandemia del COVID-19.
Los beneficios del liderazgo femenino
A pesar de los numerosos retos, existen múltiples beneficios que conlleva el aumento del liderazgo y la representación femeninos. Por ejemplo, las líderes femeninas ya han demostrado su capacidad para adaptar soluciones a problemas específicos de las mujeres, como la discriminación y la desigualdad de oportunidades. Los resultados del liderazgo femenino también pueden verse en un proceso de toma de decisiones más participativo y en una mayor atención a la inclusividad, así como en un mejor equilibrio del poder social, político y económico.
Federica Moschini, ganadora en 2019 del Premio DECADA de la Mujer, hace hincapié en la importancia del poder del monedero a la hora de empoderar a las mujeres, destacando la importancia del capital financiero para lograr el éxito a largo plazo. Según ella, el verdadero empoderamiento comienza con la libertad financiera, y eso puede lograrse con medidas como invertir en su educación y proporcionarles acceso a recursos financieros.
Además, como se ha puesto de manifiesto en el ámbito empresarial, la investigación también ha establecido que la presencia de mujeres en puestos de liderazgo provoca cambios positivos tangibles para las organizaciones de distintos sectores. A menudo se ha relacionado a las mujeres líderes con una mejor comunicación y rendimiento entre los equipos, así como con un mayor sentido de la innovación derivado de una perspectiva diferente.
Los retos de la capacitación de las mujeres
Aunque se ha avanzado mucho en la eliminación de la brecha de género, aún persisten los retos actuales de la capacitación de las mujeres. Esto es especialmente cierto cuando se trata de los sectores económico y empresarial, en los que retos como la diferencia salarial entre hombres y mujeres y los techos de cristal siguen estando muy presentes.
Desgraciadamente, el panorama actual es aún peor si se mira a través de la lente de COVID-19. Los informes sugieren que las mujeres y las niñas se han visto afectadas negativamente en comparación con los hombres, ya que muchas se han visto obligadas a abandonar la educación y las oportunidades laborales para ayudar en casa durante la pandemia. Además, dado que muchas mujeres ya se encontraban en el peldaño más bajo de la escala de rendimiento incluso antes de la pandemia, su lucha tras la pandemia se ha acentuado aún más.
Aprovechar el liderazgo femenino
Sin embargo, los retos no son en absoluto insuperables, y con las medidas y el enfoque adecuados, se puede aprovechar mejor el potencial del liderazgo femenino. Los estudios han demostrado que las habilidades únicas y las cualidades distintivas de las líderes femeninas pueden ser ventajosas a la hora de crear y gestionar grupos de trabajo eficaces, aumentar la capacidad de mejorar la comunicación dentro de los equipos y generar soluciones nuevas e innovadoras para las organizaciones.
Además, en un mundo en el que las mujeres sólo constituyen el 6% de los directores generales, es esencial impulsar un mayor análisis de las causas que subyacen a esta representación desigual y desarrollar soluciones para aumentar activamente la representación femenina.
Las tendencias actuales, aunque en gran medida positivas, apuntan sólo a un crecimiento incremental en lo que respecta a las mujeres en puestos de liderazgo. Para acabar realmente con la disparidad de género que se observa en las más altas esferas de la sociedad, hay que desarrollar y aplicar medidas firmes y específicas que garanticen el logro de la paridad de género.
ONU Mujeres también proporciona diversas herramientas para ayudar a las mujeres a adquirir las habilidades necesarias para sobresalir en su vida profesional y equiparlas para asumir mayores responsabilidades y convertirse en líderes eficaces. Por ejemplo, se hace gran hincapié en ayudar a las mujeres a comprenderse mejor a sí mismas y a mejorar sus habilidades intrapersonales e interpersonales.
Al fin y al cabo, el éxito del liderazgo femenino depende del reconocimiento y la exhibición del inmenso potencial y las capacidades de las mujeres, reforzado por medidas dedicadas y decisivas que garanticen que todas tengan la misma voz y no se vean frenadas por su género.
Conclusión
En resumen, iniciativas como el Foro de Igualdad de Género resultan ser un rayo de esperanza en la cruzada por la igualdad de género. La presencia de más mujeres en puestos de liderazgo ya ha supuesto un cambio revolucionario en cuanto a una toma de decisiones más inclusiva y transparente y al desarrollo de soluciones innovadoras a los problemas actuales. Estos resultados positivos insinúan el potencial y muestran el inmenso impacto que puede tener el liderazgo femenino si se le da la plataforma adecuada y el acceso a los recursos para crear un mayor impacto.